Volver al pasado.

Creo que encontré la razón por la cual los mayas pospusieron el “fin del mundo” el cual estaba programado (desde hace muchos miles de años según una piedra tallada a la cual llamaban calendario) para el día de hoy 21 de diciembre del 2012. Nuestro flamante presidente electo Enrique Peña Nieto visitó el día del apocalipsis y reitero “fin del mundo” la ciudad de Mérida, Yucatán. La visita del señor Peña Nieto me hizo pensar (sí, debes en cuando lo hago) lo siguiente.

Muchos recordarán esa película llamada “Volver al futuro”. Y como no acordarnos de ella si es una joyita del cine contemporáneo. Todos recordamos a aquel joven llamado Marty McFly que viajaba por el futuro acompañado del excéntrico doctor Emmet Brown. Y por supuesto no podemos olvidar al DeLorean, el auto en el cual viajaban en el tiempo.

En la película podías viajar en el futuro con sólo indicarle al DeLorean la fecha exacta en donde querías aparecer. En México hicimos algo parecido hace unos meses atrás. Sólo que en ves de viajar al futuro, viajamos al pasado. El 1 de julio del 2012 el pueblo de México se subió al DeLorean e hizo un viaje a un lugar donde nadie quería ir.

No, no soy un 132. Simplemente soy parte de esa “minoría” que no voto por el señor Enrique Peña Nieto. ¿Porqué?, por que no creo que él sea el indicado para gobernar a la nación. Me parece que es una persona poco preparada en todos los sentidos y con una falta de intelecto enorme. No, tampoco idolatro a Andrés Manuel López Obrador como otros lo hacen. Desafortunadamente el pueblo así lo quiso. Salió a votar y eligió caminar hacia atrás.

En una ocasión alguien me dijo lo siguiente: “México tiene al presidente que se merece”. Y hoy me pongo a pensar y creo que es cierto, pero ¿qué nos queda por hacer?, mucho. De uno mismo depende salir adelante en esta vida, sea quien sea el que este sentado en la silla presidencial.

Sólo nos queda observar, ser críticos y sobre todo esforzarnos por ser mejores cada día en todos los aspectos. De nosotros depende nuestro futuro de nadie más. Dios bendiga a México.