¿Se imaginan tener robots en vez de policías rondando por la
ciudad? Esa era la visión que tenía Paul Verhoeben en los ochenta cuando
dirigió la primera película de RoboCop. Todos conocemos la historia. Alex
Murphy, un detective recto que lucha por la justicia sufre un terrible
accidente en el cual muere. La única forma de salvarlo es convirtiéndolo en un
cyborg programado para ser el policía perfecto. La misma visión de los ochenta
es traída a nuestro tiempo y contada de nuevo.
Este remake es dirigido por el brasileño José Padilha (Tropa
de Élite) y cuenta con un súper reparto que incluye gente como: Gary Oldman,
Samuel L. Jackson, Michael Keaton, y el sueco Joel Kinnaman como el nuevo RoboCop.
Cabe recalcar que es el primer papel protagónico de Kinnaman en una película
estadounidense.
No se puede comparar la original con el remake. La historia
si bien, es la misma, tiene algunos cambios que tal vez a los fanáticos de
hueso colorado no les gusten. No tiene esa violencia explícita de la cinta de
los ochenta y está más dirigida a los avances tecnológicos. Los efectos
especiales son bastante buenos. Sobre todo cuando Murphy descubre su nuevo
cuerpo y en las escenas de acción por supuesto. Las actuaciones cumplen con los
esperado de tan grandes actores. Kinnaman no lo hace nada mal, Gary Oldman es
fantástico, Keaton no luce pero hace un buen trabajo y los pocos momentos en
los que sale Samuel L. Jackson lo hace muy, muy bien.
Hay remakes que no son necesarios y RoboCop es uno de ellos.
Es verdad que no ofrece nada nuevo a lo que ya conocemos pero sí nos regala la
misma historia (con menos violencia para público de menor edad) con los efectos
especiales necesarios. Vale la pena verla, es muy entretenida. RoboCop lo dijo
en una de sus películas anteriores y lo cumplió. I’ll Be Back… ó ¿será que me
confundí de robot?.
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